Todos sabemos cómo nos sentimos cuando dormimos bien y cuando no hemos dormido lo suficiente. Cuando dormimos, somos más felices, tenemos más energía y hasta aprendemos cosas nuevas más fácilmente. Cuando no dormimos, nos sentimos desenfocados, exhaustos e irritables. Es fácil distinguir los efectos del sueño en nuestros cerebros y cuerpos pero no llegamos a entender del todo por qué dormimos.