Buenos días, Jesús:
Mi marido y yo vamos a cambiar de somier y colchón, y debido a nuestros problemas de salud nos estamos planteando adquirir unas camas articuladas. Pero mientras más información intentamos recabar más dudas nos surgen, así que te quedaríamos muy agradecidos si nos pudieses ayudar a resolverlas. Te doy los datos que sueles citar en tu blog como importantes a la hora de decidir el equipo de descanso ideal para cada persona:
- tenemos problemas de espalda, fundamentalmente de cervicales y lumbares, por lo que desde hace años dormimos sobre base tapizada y colchón ortopédico de considerable dureza, y además tenemos sobrepeso (rondamos los 90 kilos)
- somos bastante calurosos (y para colmo vivimos en el sur de España)
- estamos acostumbrados a colchones muy firmes, y nos agobian muchísimo esos en que te “hundes” y te sientes atrapado. Últimamente nos levantamos cansados y doloridos, sobre todo yo, que soy quien más problemas de columna tiene, además de fibromialgia, por eso estamos pensando en alguno que, siendo firme, ofrezca una cierta confortabilidad en su acogida (solo un poquito).
- dormimos normalmente de lado, aunque mi marido sobre todo tiende a hacerlo a ratos boca arriba.
- yo doy muchas vueltas en la cama.
- queremos dos camas, unidas pero independientes, así que no compartiremos colchón y no tendremos el problema de
- nuestro presupuesto no es excesivo, sobre 600 o 700 € para cada colchón, quizás algo más si realmente merece la pena.
Respecto a la base, la buscamos articulada como te dije, de tipo canapé (por aprovechar el espacio de almacenamiento) y con mando, pero no tenemos claro si elegirla con base tapizada (se supone que ofrecen más firmeza) o de láminas. ¿En qué debemos fijarnos para elegir un buen producto, sólido y duradero?
Gracias por tu atención, Jesús, y por la ayuda que ofreces en tu blog.
Un cordial saludo.
Amparo