@Antonio, los colchones de látex natural son suaves, muy adaptables, flexibles y cómodos. Tienen ventajas e inconvenientes, son idóneos para camas articuladas, tienen una vida larga sin perder sus cualidades pero necesitan mantenimiento (girar y voltear) y son pesados y engorrosos para mover por su elasticidad. La diferencia entre un látex natural Talalay de 75 kg de densidad y un látex tipo Dunlop natural de 75 kg en cuanto a propiedades, duración y confort no existe, a uno, los orificios se crean al producir la reacción y en el otro se le practican después, el coste de producción es muy parecido. A veces nos dejamos llevar por la publicidad y a pesar de ser un buen producto no iguala las expectativas deseadas. Los colchones «inteligentes» no son un invento nuevo, en países donde el mercado del descanso está más avanzado y el consumidor invierte más en este campo han desarrollado diferentes tipos de colchones «inteligentes», con poco éxito, he visto un colchón con núcleo de aire y capas de foam y viscoelastica, se puede regular la presión de aire del núcleo dando mayor o menor firmeza como si de un neumático se tratara. Antes de adquirir un colchón de este tipo dejaría pasar el tiempo para ver que opinión dan los que lo han adquirido llevados por la «novedad». Soy muy escéptico y creo que de momento voy a desconfiar de los colchones «inteligentes» no sea que a media noche quiera tener una conversación sobre el libro que estoy leyendo. 
Un saludo